Hoy en día, en el 2023, las salidas profesionales del Grado de Comunicación Audiovisual se han multiplicado gracias a la constante evolución que vive Internet. Estamos en una época en el que todos llevamos encima un dispositivo electrónico con acceso a Internet, con conexiones de alta velocidad y disponemos de poco tiempo. Esto ha hecho que consumamos por encima de todo contenidos en formato vídeo como pueden ser series, cine, música, noticias o entretenimiento en general. El triunfo del formato vídeo hace que se demanden expertos que cubran puestos de trabajo relacionados con lo audiovisual.
¿Quién a día de hoy no conoce YouTube? Esta plataforma es la segunda página más visitada del mundo, lo utilizamos como motor de búsqueda y como plataforma de entretenimiento. 2.300 millones de usuarios al mes lo usan, cada día se consumen 1.000 millones de horas de vídeos y se suben 720.000 horas de vídeos.
¿Y Twitch? Acelerada por la pandemia, la audiencia de Twitch ha aumentado un 45% en 2021 llegando a 24.000 millones de horas en retransmisiones en directo sobre todo relacionado con el mundo del gaming aunque se encuentran ya multitud de temáticas.
Instagram con sus reels, TikTok (que es 100% vídeo) o YouTube shorts también compiten entre ellas a través del formato vídeo para retener a sus audiencias.
El vídeo es el presente de la comunicación y el marketing. Y es que según Cisco, en el 2020, el 80% del tráfico en Internet fue contenido en formato vídeo. Series, cine, noticias/información, vídeos de música junto con vídeos cortos en RRSS como TikTok, YouTube, Instagram son los contenidos de tipo vídeo más visionados.
Por lo tanto, todo esto ha hecho que particulares y negocios para comunicarse con sus públicos requieran profesionales del vídeo que graben, editen, suban sus vídeos e incluso gestionen sus plataformas digitales.
Se ha abierto ante nosotros un inmenso mundo en el que trabajar.
El sector del podcast lleva años creciendo de forma exponencial. Según la plaforma Podimo, la facturación mundial de la industria del podcasting llega a los 5.000 millones de euros y es posible que esta década acabe llegando a los 30.000 millones. En el mes de diciembre un 16% de los usuarios de internet eran oyentes de podcast, aproximadamente 330 millones de usuarios en todo el mundo.
Además, el 55,9% escucha a través de plataformas, lo que quiere decir que pagan una suscripción por un catálogo de audio y aunque suelen suscribirse porque quieren oír algo en concreto, amplían su escucha a otros podcast.
Las tendencias para los próximos años son:
Básicamente, la animación consiste en materializar ideas y dar vida a imágenes u objetos inanimados. La principal diferencia entre animación 2D y animación 3D es que, mediante esta última técnica, los objetos se convierten en modelos tridimensionales que, además de reaccionar y gesticular, pueden girar y moverse en un espacio tridimensional. Para ello, el animador 3D hace uso y domina diversos programas informáticos de modelado, diseño, animación y renderizado, como Blender, Autodesk Maya o Cinema 4D, entre otros.
Trabajar como animador o animadora 3D te va a permitir aplicar en muchos sectores y participar en gran variedad de proyectos audiovisuales, como el diseño y la animación de los personajes de videojuegos o de películas animadas en entornos 3D. Por supuesto, no hay que olvidar el auge de la VR y la realidad aumentada, cada vez más extendidas tanto en la industria del entretenimiento como en infinidad de sectores profesionales. En cualquiera de estos sectores, las tareas de una animador o animadora 3D pueden abarcar desde el proceso de conceptualización de los proyectos, hasta el de postproducción y supervisión, pasando por todas las fases de su producción: diseño y modelado, setup, texturización, iluminación, animación y renderizado.
En cuanto a las técnicas de animación 3D, algunas de las más extendidas en la actualidad son el Motion Design, que permite capturar los movimientos mediante sensores; el Stop Motion, que permite animar objetos estáticos incorporando imágenes sin movimiento; la técnica hiperrealista o la técnica de caricatura. También muy relacionadas con el modelado y animación 3D, están las técnicas de aplicación de efectos visuales o VFX en la etapa de postproducción cinematográfica.
En cuanto al salario, en sus primeros años como profesional, un animador 3D puede ganar alrededor de 21.000 euros al año en España, siendo el sueldo medio nacional actual de 25.645€, según los datos del portal de empleo Glassdoor. En cualquier caso, se trata de una profesión en claro auge y se espera que el crecimiento salarial en esta profesión continúe su progresión en los próximos años.
Aunque el término showrunner no tiene una traducción directa del inglés, se trata de una figura ya bastante extendida en España, y abarca funciones como la de productor ejecutivo y la de guionista principal de una serie de ficción o de un programa de televisión, además de participar activamente en el desarrollo de la historia. En resumen, aunque normalmente se identifica esta figura con la del creador de la serie, el término más aceptado sería el de autor-productor.
Es una figura, dentro de la creación de una serie dramática, con muchos matices en cuanto a las funciones a realizar. Sin embargo, lo que tienen en común desde que este rol apareciese (podemos hablar del origen en la década de los 90, pero la eclosión definitiva fue en los 2000, con figuras como Damon Lindelof en Lost o David Simon con The Wire) es que el showrunner tiene la responsabilidad de ser la figura pública, el “autor” intelectual y último responsable a nivel de historia, coordinando normalmente el equipo de guionistas y definiendo la visión 360 grados del producto en cuestión.
Durante esos primeros años de los 2.000 se puede hablar de la década de oro en cuanto a la creación de series de televisión. Tanto las cadenas como los nombres de los creadores (y de los productores ejecutivos) estaban unidos al tremendo éxito de, por entonces, unos pocos títulos que se convertían en referentes de las conversaciones y de las vidas de la gente.
Sin embargo, en 2.005 aparece YouTube, y a raíz de este nacimiento las reglas del juego han cambiado. Al principio lentamente, pero la realidad del sector audiovisual se ha acelerado inexorablemente empujando a la conversión de los distintos actores del sector audiovisual hasta convertirse en plataformas de streaming. Desde orígenes muy distintos hablamos de Netflix, HBO, Amazon Prime y, en el caso patrio, Movistar Plus.
15 años después este modelo estaba consolidado en prácticamente todos los países.
Se trata de un sector en crecimiento cuyo número de productos crece cada año y por tanto necesitan personas que los lideren. Por ese motivo, hablamos de esta salida profesional como una de las más destacadas para los próximos años. Además, hay que tener en cuenta un detalle tan relevante como es la creación en 2.019 en Madrid de la sede más importante de Europa de Netflix.
Se puede resumir solo en una, aunque es fácil nombrarla y mucho más complicada llevarla a cabo: saber liderar. No solo el equipo técnico en cuanto a guion y decisiones artísticas de la serie, sino también (y con la misma importancia) dotar al producto de unas características propias que lo diferencien de la salvaje oferta que comentábamos en párrafos anteriores.
Muchos modelos distintos de productores ejecutivos o creadores de series hemos podido observar en los últimos años. Desde aquellos que buscaban tener el mayor control en todas las tomas de decisiones, para crear un producto artístico muy personal, a otros que, simplemente, ponían todo su talento y trabajo a disposición del resto del equipo, pudiendo llegar en algunos casos a liderar varios proyectos, aunque de una manera menos férrea.
Con la cantidad y velocidad de los cambios acaecidos en este sector en las últimas dos décadas, es complicado atisbar cual va a ser el futuro de esta figura de responsabilidad. Parece inevitable que a corto plazo siga teniendo mucha relevancia, y por eso lo incluimos como una de las salidas profesionales a tener en cuenta para estudiantes de comunicación audiovisual.
Todos hemos visto en alguna ocasión videos espectaculares con imágenes aéreas que parecen grabadas desde aviones o helicópteros, pero con una manejabilidad impropia de estos vehículos. Realmente se trata de drones con una cámara, normalmente de tipo deportiva.
La mayoría de personas que utilizan este tipo de tecnología lo hacen viendo en una pantalla de móvil o de tablet la captura de vídeo. Sin embargo, si quieres profesionalizarte y encontrar una novedosa salida laboral relacionada con un tipo diferente de captura de vídeo, la respuesta a esa inquietud la encuentras en las siglas FPV.
¿Qué es FPV? Son las siglas de First Person View, o visión en primera persona. En el vuelo en FPV una cámara deportiva en calidad 4K capta imágenes que son transmitidas en tiempo real al piloto situado en tierra. Los drones FPV van equipados con cámaras, por lo que graban imágenes con fluidez de cualquier sujeto en movimiento.
Al ser aeronaves muy ligeras y con motores de gran potencia, pueden alcanzar velocidades superiores a 180 km/h, y permiten realizar seguimientos a personas e incluso vehículos a gran velocidad, pudiendo prácticamente interactuar con ellos.
Hay variantes de drones orientados a carreras o a simplemente disfrutar de la sensación y libertad de volar (freestyle). Sin embargo, desde el punto de vista de comunicación audiovisual nos interesan sus prestaciones para grabar planos "imposibles".
Un piloto de drones profesional con experiencia puede ganar un salario medio de entre 3.000 y 9.000 euros al mes, dependiendo de la experiencia, según un informe de Adecco. No solo la experiencia marca el posible salario, sino que también si tienes algún título como grado o licenciatura, y en el caso de Comunicación Audiovisual está muy relacionada con la gran parte de grabación de imágenes de este trabajo.
Otro informe (Research and Market) nos indica lo que ya suponemos, se trata de un sector en claro crecimiento: la previsión de crecimiento en los próximos 8 años es de un 51%. Por tanto, se convierte en una disciplina con unas salidas muy interesantes para Graduados en Comunicación Audiovisual, particularmente para los interesados en los últimos dispositivos tecnológicos y nuevas formas de grabación.
Las redes sociales han cambiado el mundo de la comunicación y las empresas han tenido que adaptarse para llegar a sus clientes. La imagen es importante en todas las redes pero para Instagram es su pilar fuerza. Esta red se ha convertido en el escaparate principal para millones de empresas.
La fotografía de producto no es nueva, pero ahora hay una gran diferencia entre si es para offline o para redes sociales. La fotografías para offline requieren un mayor retoque, no son dinámicas, perduran en el tiempo (folletos, books,...) mientras que las fotografías para redes sociales son muy dinámicas, caducan en el tiempo. La cantidad de imágenes se multiplican para alimentar a los algoritmos a nuestro ritmo de consumir contenido.
Mientras navegamos podemos encontrar a un emprendedor vendiendo su producto y a continuación una marca mundialmente conocida.
Las empresas requieren de profesionales que sepan transmitir sus valores, creando un estilo fotográfico, que sigan las tendencias visuales para conseguir que un cliente se detenga al escrolear para consumir su producto.
Tener un feed cuidado no solo transmite profesionalidad sino también ganas de ver qué tiene esa marca. En definitiva, realizar fotografías profesionales ayudará a cualquier marca a destacar entre todos.
Y es que, como ya hemos introducido al comienzo del artículo, cada vez hay una mayor demanda de profesionales audiovisuales debido a varios factores. Por un lado, a los nuevos modelos de consumo y a la proliferación de las plataformas, que están multiplicando el trabajo por el aumento de la producción. Por otro, a la evolución de los propios perfiles profesionales que, en función de las particularidades de cada equipo o proyecto, pueden ser perfiles muy concretos y especializados dentro de un set de rodaje, o bien perfiles multidisciplinares para poder trabajar de forma autónoma.
Un ejemplo, en el caso de los perfiles más especializados, podría ser el cost controller, uno de los puestos con un mayor auge tras la llegada de las plataformas y el desarrollo del modelo de producción del streaming. Se trata del profesional encargado de gestionar el presupuesto de los proyectos, el saldo bancario y los costes de la producción, por lo que debe contar con conocimientos de contabilidad, financiación, fiscalidad, material laboral, administración y, a su vez, saber de producción audiovisual, de proyectos, rodajes y de gestionar equipos. Casi nada. Anteriormente, este trabajo estaba repartido entre los componentes del equipo de producción, pero ahora se ha convertido en un puesto esencial que funciona de nexo entre el productor ejecutivo y la plataforma.
En el caso de los perfiles multidisciplinares, encontramos ejemplos como el de filmmaker o el de especialista en videomarketing. El primero es un perfil todoterreno que choca con la tendencia a la especialización que se da en los equipos grandes (llegando a utilizarse como un término peyorativo en estos entornos), pero se trata de un profesional fundamental para responder a las necesidades de las empresas con menos recursos, pero que también necesitan generar contenido audiovisual. El filmmaker debe poder adaptarse a lenguajes tan diversos como los usados en ficción, documentales, videoclips, vídeos corporativos o redes sociales y, contando únicamente con sus propios recursos, ser capaz de hacer, rodar, postproducir y entregar piezas.
Por otro lado, el especialista en videomarketing centra sus esfuerzos en las redes sociales y en el resto de plataformas publicitarias online, combinando sus habilidades en el terreno audiovisual con los conocimientos y las tareas propias del área de la publicidad digital. Así pues, sería una persona capaz de hacer estudios de mercado (investigación de públicos objetivos y de la competencia), de elaborar las distintas estrategias de videomarketing (elección de contenidos audiovisuales para distintas audiencias / fases del funnel / plataformas publicitarias, uso adecuado de tácticas como el video 360º o el streaming, empleo de tácticas SEO en YouTube), así como de establecer los objetivos y los KPI de cada estrategia. Este es otro de los puntos positivos de los grados de comunicación, que se pueden compaginar y complementar entre ellos.
Como puedes ver, las salidas profesionales en el mundo audiovisual son casi infinitas y se encuentran en constante expansión debido a las nuevas formas de consumo. No obstante, trabajar en este sector requiere una gran capacidad de adaptación y estar siempre dispuesto a aprender las nuevas tecnologías que van surgiendo. En nuestra opinión, esto lo hace aún más apasionante.
¿Aceptas el reto?